sábado, 5 de septiembre de 2009

¿Amas a San Joaquín? ¿Qué haces por él?

 En cada amanecer el sol sanjoaquinero se torna más melancólico y lustra las calles y sólo se refleja en ellas la desidia; pero también se ven las hilvanadas huellas de sus pobladores que sueñan con el despertar…  es tétrica la sombra de la indolencia que han sembrado en nuestra conciencia. El futuro cuando se arrebuja con un tul  unicolor deja de ser futuro para convertirse en una ideología basada en la sumisión. ¿Quiénes somos en realidad? Cada quien debe hacerse esa pregunta y luego verse en un diáfano espejo. La avaricia por lo deseado desfigura la imagen de quienes verdaderamente luchan por su idealismo. 
Los pensamientos son como marchas que se desbocan en la mente para que su grito interno sea escuchado en una existencia materialista, que cada día se derruye por el ímpetu del oropel, que es la fuerza que se impone en los seres  débiles y básicos. ¿Dónde  pisas   cuando sales en busca de tu prosperidad y la de tu familia? Son la mismas calles que se han hollados por las llantas de los lujosos vehículos en donde se pasean los gobernantes, ellos no corren el riesgo de torcerse un tobillo y menos de enlodarse el calzado que los escuda de las humildes huellas que impetuosamente van marcando nuestros hijos, esos gobernantes, alguna vez corrieron descalzos por las mismas calles.
Los desechos humanos no van al lago, su verdadera morada está en la mente; en el subconsciente y en el corazón. Esos son los verdaderos muladares donde se aloja la bazofia de quienes viven para gozar con la maldad. Pero también es morada de impolutos sentimientos que humanizan y nos hacen dignos ante los ojos de quienes admiran nuestras luchas por la libertad, el futuro y el progreso de un municipio que depende de ti. No tenemos porque ser los pedigüeños de nuestro peculio. Eso no es propio de  personas dignas. Los gobernantes que dan bagatelas de la riqueza de un pueblo, indica que están a ese mismo nivel. Las dianas cuando suenan, nos advierten  que las luchas no son con balas ni contra nuestros hermanos.
¿Amas a San Joaquín y entonces… que esperas? La lucha no se detiene!!
Tienes dos opciones y nadie puede decidir por ti. La primera, seguir horadando las calles de tu municipio con las apáticas huellas de quien se doblega a un gobernante y se niega a luchar por el futuro de sus hijos. La segunda, cincelar las calles con tus pasos históricos para que quede en el imborrable pergamino de la historia. Esta opción es solo para las personas dignas, que luchan con el miedo en la espalda y la gallardía lustrada en sus ojos. La muerte no se hizo para los valientes, aunque la vean caminar bajo el incandescente y melancólico sol, no es motivo de miedo, porque su cobardía poco a poco lo desterrará en la lóbrega cripta, residencia del sempiterno tormento de quienes se negaron a luchar.