jueves, 4 de marzo de 2010

El Talitrussaltator Latinoamericano


Pasan los tiempos y los métodos políticos siguen siendo los mismos. Los criterios de Aristóteles, Sócrates y Platón continúan vigentes; sin embargo, ¿Qué hace el hombre de este tiempo? Poco escudriña en estos conceptos.
Para Alfredo Zabala, política significa: Preceptos libertarios que dan lumbre a ideas que están por encima de poderes megalómanos, que desnudan intereses ocultos y tiránicos.
Cuando Dios creó el mundo lo hizo con una dualidad necesaria  para la convivencia absoluta. La noche tiene su día o el día tiene su noche; esto depende del punto de vista de cada quien, eso es ambivalente como también lo es este texto. En el manejo de la política democrática sucede lo mismo. Aristóteles, el gran pensador griego, planteaba en sus distintas tesis políticas formas de gobierno puras e impuras, que son las deformaciones de las formas puras, según el interés de uno o muchos. Consideraban gobiernos puros a: La monarquía, gobierno de un solo individuo. La aristocracia, gobierno de una minoría conformada por hombres de bien y, la república, gobierno de la mayoría. Dentro de la forma impura consideraban: A la tiranía, la cual se basa en intereses personales de un monarca. La oligarquía, que tiene como fin el bien personal de los ricos y, la demagogia, que tiene como fin el engaño en hacer creer que se persigue el bien particular de los pobres.
La pulga de mar (Talitrussaltator) es un crustáceo anfípodo de pequeño tamaño, abundante en la zona intermareal de las playas de la Península Ibérica. La hembra se caracteriza por ingerir a sus propias crías para que se alimenten con su propio cuerpo. Coloco como ejemplo la pulga de mar, porque en países latinoamericanos está surgiendo un hibrido político endemoniado que vive parasitariamente de la democracia. No sé como lo llamaría Aristóteles... este tipo de gobierno tiene su origen en la democracia, llega al poder a través de los votos y ésto gracias a un verbo tosco y estercolero que condena a la monarquía, convirtiéndose así en tiranía.  Fustiga a la aristocracia y se prostituye como oligarquía de Estado y luego con su verbo demagogo acaba con la  república.
La pulga de mar ingiere su cría para que se alimente con su cuerpo y es lógico que esta benévola  madre, se inmole para dar vida. Algo parecido ocurre con la madre república, da vida en su seno a este hibrido político, para luego perecer devorada por su propio engendro.
Por naturaleza hay hombres que nacen para la libertad y otros para la esclavitud, la libertad es el bien y la esclavitud el mal. Al leer este texto es oportuno hacernos una pregunta ¿Para quién trabaja mi conciencia? Quien filosofa sobre libertad muy difícil será verlo arando en espinoso huerto de un feudal. 
Somos seres sociales e instintivamente nos involucramos políticamente y gracias a la palabra, podemos diferenciar lo que es bueno o malo. Esto gracias al libre albedrio que llevamos esbozado en el alma. El alma no puede ni debe doblegarse, es sólo el espíritu quien se doblega para hacer del hombre, un animal domesticado por el látigo lacerante de los tiranos.
¿Dónde comienzan los derechos de los hombres y cuándo terminan? El llanto infantil es el primer derecho que tiene el hombre y lo utiliza para exigir atención maternal, este mismo sentimiento se prolonga en el tiempo para reclamar ser amamantado por los senos de la libertad. No con esto se quiere decir que los hijos son los esclavos de los padres o viceversa. Antes de ser padre primero se fue hijo. Diría que la libertad es algo recurrente, pero no se puede detener porque en ese mismo instante principia la esclavitud.
La justicia rige la sociedad, por tal ha de estar por encima del hombre y no el hombre por encima de ella. Claro está, esto es solo posible en los gobiernos democráticos. En los regímenes autoritarios ocurre lo contrario, los gobernantes creen estar por encima de la justicia y esto se debe a que este nuevo hibrido político tiene en su esencia mucho de monarquía y lo monárquico en su deformación es tiranía.
Donde se perpetúa el invierno se enloda el huerto y por consiguiente no florece el cultivo. Donde el sol es constante e inclemente, la tierra se agrieta y el polvo forma una figura fantasmal de desolación. Así pasa con los gobiernos dictatoriales. El poder se personifica en un entronizado que destruye su propia patria. Tanto tiempo en el poder descompone la fibra mental de los gobernantes, desterrando la inteligencia progresista de su cerebro. La adulancia de sus acólitos y la ignorancia servil de sus ministros, lo convierte en un monstruo de mil cabezas, que se desvela buscando a quienes tienen la osadía de desenvainar la espada que corta las cadenas que sujetan a la democracia.
El deporte ha dado infinidades de atletas superdotados, pero en corto tiempo sus condiciones físicas menguan y los registros que dejaron marcados en el pergamino pronto son superados por otros deportistas. Igualmente debe ser con los gobernantes; el poder político es un derecho inalienable de todo ciudadano. En la historia hay ejemplos de gobernantes democráticos que han dejado huellas indelebles y esto gracias a los laureles progresistas de su gestión.
Platón hablaba en sus tratados políticos de dos constituciones,....“La pura y la impura. Las puras: son  las hechas en vista del interés general, son puras porque practican rigurosamente la justicia.  Las impuras: sólo tienen en cuenta el interés personal de los gobernantes, no son más que una corrupción de las buenas constituciones, están viciadas”.
Estados Unidos de Norteamérica, la súper nación del mundo,  sólo ha contado con una Constitución conformada por siete artículos y muy pocas enmiendas.  Allí sus gobernantes tienen un periodo de cuatro años con derecho a reelegirse únicamente por cuatro años más. Esto se llama alternabilidad y la alternabilidad es la regla de oro de la democracia. No puede decirse lo mismo de los gobiernos despóticos, autócratas, dictatoriales, tiránicos y comunistas, que sólo buscan la perpetuidad en el poder para detener los pasos progresistas de sus pueblos sumiéndolos en una sociedad de iletrados.
En la tiranía, la constitución es impura y los legisladores, legislan para un amo. Según Aristóteles “el hombre se corrompe ante el atractivo del instinto y las pasiones del corazón cuando se encuentra en el poder. La ley, en cambio, es inteligencia sin ciegas pasiones”
Hay  gobernantes que nacen de la democracia y profesan una revolución utópica que ha sido prostituida para ejercer la dictadura. ¿Cómo logran estos seres tales hazañas? Taladrando la fibra emocional de aquellos que no han sido favorecidos con las bondades de la democracia y a éstos es fácil ofertar la igualdad del hombre, el enriquecimiento fácil y rápido, para luego provocar una sequia en sus represas mentales para que de ellas desaparezca la luz de la inteligencia, mientras  sus gobernantes se convierten en los  aristócratas incultos, y esto no es otra cosa que una   Oligarquía de Estado. Ellos, son los liberticidas de la democracia de Latinoamérica.
Son muchas las expropiaciones y confiscaciones de estos autócratas, la peor de todas es la del libre pensamiento. Los próceres son atormentados a cada instante por el verbo patriotero de estos gobernantes. Sus proclamas son guerra y muerte, pero en el fondo estos esbirros de la democracia  son seres cobardes. Tenemos el ejemplo de Adolfo Hitler, prefirió quitarse la vida antes de enfrentar a la justicia. Latinoamérica cuenta con unos cuantos de estos cobardes.
La inacción es propia de los seguidores de estos tiranos, para ellos es más fácil  rendirse a la esclavitud de una vida insípida, que luchar por la libertad. Mientras que estos seres tienen los oídos plétoras de falsas promesas, los adversarios de la tiranía, luchan por la libertad.  La conculcación de la libertad es continua y amparada por el servilismo de las instituciones del Estado. La inanición de estos regímenes empieza cuando los pueblos se unen. No hay exculpación frente a los atropellos a la libertad.  La bonhomía  es propia de hombres que nacieron por y para la libertad y son incólumes frente al látigo que somete al débil. No olvidemos que este nuevo hibrido político le tiene aversión a la democracia. Ellos, son la cría del Talitrussaltator o la pulga de mar. Sólo los preclaros no son atrapados por tan macabro proceso parasitario. 
Aristóteles, Platón y Sócrates, estarían de acuerdo en la denominación con que me permito calificar a este hibrido político: TalitrusSaltator Latinoamericano. Por nuestra parte, debemos enfrascarnos en la lucha de las ideas para acabar con esta excrecencia que se está formando en la faz de la democracia de nuestro continente. Sólo quien tiene estirpe de esclavo, se adormece en su seno diabólico. 
“La democracia es una nube preñada de libertad, quien la añora se bañará con sus aguas libertarias”. Alfredo Zabala.