miércoles, 30 de septiembre de 2015

Renovando liderazgo


Una nueva Era parte desde un impulso innovador, no obstante, con la que concluye deberían finiquitar los errores y desaciertos de cada ensayo. La época emergente está obligada a rescatar los aciertos y/o acciones humanas, probadas en buena lid, heredadas de la etapa que finaliza. Es una cadena lógica que nos ata a lo existencial. Un ejemplo básico es la familia. Lo mismo ocurre en la política, experiencia y juventud se conjugan para dar nacimiento a nuevos liderazgos.
La política venezolana debe reivindicar ese curso experiencia-renovación que en los últimos años se ha perdido, no obstante, en momentos coyunturales, como lo es el rescate de la institucionalidad parlamentaria, es innegable la urgencia de un liderazgo de basta experiencia y conocimiento político, así como probado compromiso con la democracia. No debemos olvidar que nos enfrentamos a un monstruo de cinco cabezas, que usa el poderío del  Estado para destruir todo lo que encuentra a su paso, con el fin de seguir acabando con la poca libertad que nos queda. Luego de librada con éxito esta batalla, es apremiante iniciar la titánica tarea de creación de nuevos liderazgos, constituidos por hombres y mujeres curtidos en la lucha social y con sólida formación intelectual, la política del milenio así lo exige. En estos  16 años  de incansables luchas, son muchas las decisiones erradas que se han tomado, en pro de una minoritaria élite absolutista, que se ha colocado de espaldas a la voluntad del electorado. Hay, quienes adversando al fallecido presidente por sus largos 13 años en el poder, apoyaron una especie de monarquía que se ha instalado en varias de nuestras entidades federales, tales son los casos de la gobernación de Carabobo, donde el padre lega en el hijo su liderazgo y por consiguiente el poder, resultado: más de 20 años de monarquía. El municipio San Diego del Estado Carabobo, continúa con la monarquización y esta con un gran matiz extranjero: el alcalde preso y la esposa candidata y posteriormente alcaldesa. En Maracaibo, Estado Zulia, el alcalde huyendo del régimen y la esposa candidata y ganadora de los comicios municipales. En San Cristóbal, Edo. Táchira: el alcalde  destituido y preso, inconstitucionalmente, la esposa candidata y por supuesto vencedora en las elecciones. Esta transferencia de poder bien podría denominarse “El poder tras el poder”, mientras quienes viven comprometidos con el pueblo y sus problemas, pateando las calles en busca de soluciones, continúan a la espera de una postulación.
Con la llegada del liberticida al poder, no solo se erigió una autocracia, también varias monarquías, tanto en gobernaciones como en alcaldías, oficialistas y opositoras; ni hablar de los militares, empresarios, extranjeros que sin ninguna preparación política son postulados como candidatos. Paradójicamente se critica a alcaldes y gobernadores que no nacieron en estas tierras, pero por otro lado se postulan y apoyan a candidatos extranjeros, o por lo menos de dudosa nacionalidad. No es xenofobia, simplemente es justicia; esta tierra es nuestra y somos los venezolanos quienes debemos dirigir su destino, eso sí, dentro de los esquemas democráticos.