Una nueva Era
parte desde un impulso innovador, no obstante, con la que concluye deberían
finiquitar los errores y desaciertos de cada ensayo. La época emergente está
obligada a rescatar los aciertos y/o acciones humanas, probadas en buena lid,
heredadas de la etapa que finaliza. Es una cadena lógica que nos ata a lo
existencial. Un ejemplo básico es la familia. Lo mismo ocurre en la política,
experiencia y juventud se conjugan para dar nacimiento a nuevos liderazgos.
La política
venezolana debe reivindicar ese curso experiencia-renovación que en los últimos
años se ha perdido, no obstante, en momentos coyunturales, como lo es el
rescate de la institucionalidad parlamentaria, es innegable la urgencia de un
liderazgo de basta experiencia y conocimiento político, así como probado
compromiso con la democracia. No debemos olvidar que nos enfrentamos a un
monstruo de cinco cabezas, que usa el poderío del Estado para destruir todo lo que encuentra a
su paso, con el fin de seguir acabando con la poca libertad que nos queda.
Luego de librada con éxito esta batalla, es apremiante iniciar la titánica
tarea de creación de nuevos liderazgos, constituidos por hombres y mujeres
curtidos en la lucha social y con sólida formación intelectual, la política del
milenio así lo exige. En estos 16
años de incansables luchas, son muchas
las decisiones erradas que se han tomado, en pro de una minoritaria élite
absolutista, que se ha colocado de espaldas a la voluntad del electorado. Hay,
quienes adversando al fallecido presidente por sus largos 13 años en el poder,
apoyaron una especie de monarquía que se ha instalado en varias de nuestras
entidades federales, tales son los casos de la gobernación de Carabobo, donde
el padre lega en el hijo su liderazgo y por consiguiente el poder, resultado:
más de 20 años de monarquía. El municipio San Diego del Estado Carabobo,
continúa con la monarquización y esta con un gran matiz extranjero: el alcalde
preso y la esposa candidata y posteriormente alcaldesa. En Maracaibo, Estado
Zulia, el alcalde huyendo del régimen y la esposa candidata y ganadora de los
comicios municipales. En San Cristóbal, Edo. Táchira: el alcalde destituido y preso, inconstitucionalmente, la
esposa candidata y por supuesto vencedora en las elecciones. Esta transferencia
de poder bien podría denominarse “El poder tras el poder”, mientras quienes
viven comprometidos con el pueblo y sus problemas, pateando las calles en busca
de soluciones, continúan a la espera de una postulación.
Con la
llegada del liberticida al poder, no solo se erigió una autocracia, también
varias monarquías, tanto en gobernaciones como en alcaldías, oficialistas y
opositoras; ni hablar de los militares, empresarios, extranjeros que sin
ninguna preparación política son postulados como candidatos. Paradójicamente se
critica a alcaldes y gobernadores que no nacieron en estas tierras, pero por otro lado se postulan y apoyan a candidatos extranjeros, o
por lo menos de dudosa nacionalidad. No es xenofobia, simplemente es justicia;
esta tierra es nuestra y somos los venezolanos quienes debemos dirigir su
destino, eso sí, dentro de los esquemas democráticos.