El ser humano no es
más que un compendio de virtudes y defectos, que solo necesita de algún
estímulo para que afloren en la conducta humana. Apelando a una supra
imaginación, podría decirse, que el hombre
vio por vez primera su rostro
reflejado en las aguas, por allá en la era prehistórica; emergiendo desde lo
más profundo de su ser, el ego que yacía dormido en lo más profundo de su
esencia. Con el pasar del tiempo, el ego se fue ramificando en la conciencia
del hombre, para dar los frutos perversos que hoy conocemos como, narcisismo,
megalomanía, egolatría, entre otros; desde allí, el individualismo comenzó a
formar su inmensa legión.
El tiempo
continuó su avance hacia la modernidad, pero, paradójicamente, por senderos
primitivos. El hombre, adentrándose en la infinitud de su mente, creó obras
artísticas que servirían para rendir culto a la personalidad y armas
destructivas para ejercer el poder.En el siglo V a.C,
surgieron los primeros retratos, acuñados sobre las monedas de los reyes persas,
rico bocado que alimentaria la egolatría de éstos, no obstante, la petulancia
en su más pura esencia es inofensiva, cada quien tiene libre albedrio de elegir
entre ser extrovertido o introvertido; el peligro se presenta cuando el poder
se abraza a ella, engendrando la
megalomanía. Muchos han sido los artistas que empleando su numen a fondo, han
encerrado dentro de un pequeño marco, a los grandes hombres de la historia, sin
obviar, que la grandeza de un individuo, son las luchas que han servido para
redimir a los pueblos de cruentas tiranías. No puede tener la misma gloria
quien invade para conquistar a quien lucha para libertar.
Por otro lado, es aberrante acudir al fetichismo, para que el vulgo eleve a los altares, a quienes nada tienen que ver con la magnanimidad de los grandes personajes de la historia. Así como los pintores, usando sus pinceles y lienzos han dado forma a la imagen de Dios, siendo venerada por millones de personas en el mundo, también idearon una figura en alusión a Satanás, siendo este, igualmente idolatrado. Internándome en terrenos sicológicos, es obvio pensar que, así como la sonrisa dela Gioconda ,
inexplicablemente, tiene el poder de cautivar, de igual manera, la de un tirano
logra atrapar miradas, demostrando que
el hombre es ambiguo.El poder da el
privilegio a los gobernantes de imaginar grandes naciones, dotándoles de
ingentes recursos para que lo diseñen, sin embargo, de este también surge la
nefasta inspiración, de cómo pincelar trozos de miseria sobre excelsas obras,
todo depende de la preparación intelectual de quien la providencia dispensa. La prosperidad es un
arte de nunca acabar, una pintura infinita, que esporádicamente necesita ser
restaurada, para que la desidia no la destruya.
Por otro lado, es aberrante acudir al fetichismo, para que el vulgo eleve a los altares, a quienes nada tienen que ver con la magnanimidad de los grandes personajes de la historia. Así como los pintores, usando sus pinceles y lienzos han dado forma a la imagen de Dios, siendo venerada por millones de personas en el mundo, también idearon una figura en alusión a Satanás, siendo este, igualmente idolatrado. Internándome en terrenos sicológicos, es obvio pensar que, así como la sonrisa de
Cada país encierra
dentro de si diversas obras, tanto en lo bueno como en lo malo, solo necesitan
de sus pintores, escultores, talladores, etc., para que lo lleven al plano
artístico.
Dibujar un país rico, y pincelarlo con trazos
oscuros y enigmáticos, enfoca la ruina mental de su artífice. Hay otros lóbregos
panoramas que se pueden pintarrajear en un lienzo, así como nefastos
escenarios, donde cientos y cientos de personas caen muertas frente a una
lluvia de balas fratricidas o el esbozo de un fértil huerto invadido por manos agrestes, tornándose en
aridez. Dibujos surrealistas, cual pandemónium,
hospitales en total ruinas, sin insumos ni medicinas, niños que, padeciendo
de cáncer, mueren por la desidia de monstruos inmisericordes. Acuarelas color sangre, figurillas en vulgar
tiza, repetitiva colección de andrajos humanos. Los estragos que el holodomor
socialista causa en los estómagos de la multitud y, mientras, los poderosos se
inspiran en como presentar un país diferente al que tenemos, nos conformaremos
con ver cuadros mientras fallecemos de hambre? Valentía y cobardía, gloria e
infierno, son eviternos, no obstante,
abrazarlas en una misma imagen, es la más grande aberración creada por la mente
humana.