Habitamos en un
continente que emergió preñado de esperanzas. En la época colombina y post
colombina sufrimos el saqueo español; las guerras independentistas conllevaron
al latrocinio de sus propios gobernantes. Una acción trae una consecuencia y
una consecuencia genera un hábito. En la era pre colombina, nuestros aborígenes
vivían en un mundo de ingenuidad
adaptados a su entorno natural. América contaba con una inmensa riqueza
natural, lo que para sus habitantes era simplemente su hábitat. Ellos concentraban
sus vidas en la convivencia tribal, la caza y la pesca como sustento, adorando
a sus propios dioses La llegada de Colón a América dejó como consecuencia un
desproporcionado saqueo, violación a la dignidad humana y uno de los genocidios
más atroces registrado, muchas veces minimizado y ensalzado en la historia.
Esta consecuencia generó en el subconsciente de los nativos, un sentimiento de
ultraje y dolor, pero también el sentido de pertenencia. Las guerras
independentistas fueron atroces pero necesarias para redimirnos del yugo
español. Esta fue la segunda conflagración que enfrentamos contra los
españoles, pues en la primera nuestros hermanos fueron masacrados por una horda
de facinerosos armados, al mando del tristemente célebre navegante Cristóbal Colón,
frente a una población inerme. La segunda fue una lucha más pareja, los
españoles tenían la ventaja de las armas, nuestra fortaleza: el sentido de
libertad. Esta acción nos liberó y generó un hábito, el deseo imperecedero de conservar nuestra libertad. Lo expresado
anteriormente nos reseña una acción, su consecuencia y el hábito generado. Hay quienes se acostumbran a mandar y otros a
obedecer. Hay quienes construyen y
destruyen. Hay quienes instruyen y
prostituyen. Hay quienes libertan y esclavizan. ¿Qué es lo que realmente
mantiene vivo al ser humano? ¿Poder, riqueza o el amor? ¿Hasta qué punto estas
anhelansas nos libertan o esclavizan? ¿Cuál es la razón de que unos países de
América se desarrollaron más que otros? Tendríamos que estudiar su historia y
encontraremos que en aquellos países en donde la democracia ha sido más plena y
dilatada, su desarrollo ha sido más fructífero. Basta con mirar los países
comunistas o detenerse en las tantas dictaduras. El poder se centra en un
autócrata y sus naciones se enclaustran en el sub desarrollo. Estos
absolutistas se apoderan de las riquezas de sus pueblos generando una pobreza
mental y social.
Acción-Gobernante
---- Consecuencia-Riqueza ----- Hábito-Robo
Se dice que política es el arte de hacer posible lo imposible,
esto se puede aplicar en lo personal ya que en lo social, pocas veces se ha
aplicado. Estos gobernantes se convierten de mendigos a millonarios, sobre todo
los Latinoamericanos. Son varios los países ricos y prósperos que se han
empobrecido a manos de dictadores, comunistas, autócratas y absolutistas. Estos
gobernantes son una especie de alquimistas, engendran sus ideologías en la
ignorancia social, para luego cosechar fanatismo político. Sólo aquellas personas que tienen firme su
dignidad escapan de esta perversa siembra. Este cultivo luego de enraizarse en
las neuronas de sus víctimas oscurece su capacidad intelectual, codificando su
visión de la realidad. Los gritos estercoleros de su líder, son como exaltada
poesía a sus oídos. El hambre estrangula sus estómagos pero viven alimentados
con promesas. La miseria rodea sus vidas, pero la bonanza les cautiva. El país
se desploma, pero nada ocurre a su alrededor.
Acción-
Gobierno ---- Consecuencia-Miseria ----- Hábito-Costumbre
Oropel: Lámina de cobre
batida y delgada que imita el oro. Cosa brillante y de poco valor. Adorno o
vestido de oro falso. La riqueza de las
personas dignas es su acervo cultural, el que a lo largo de su vida ha
acumulado. Dentro del cofre que guarda nuestros tesoros podemos encontrar
dignidad, bondad, rectitud, respeto, compresión. Todos estos diamantes conforman la joya más preciosa: el AMOR. Para los sectarios
autócratas, el oropel es el gran botín. Las comodidades que da el dinero mal
habido creen elevarlos sobre el resto de los mortales pero a medida que eso
sucede sus almas se corroen con el orín de la miseria. De colocar una rana viva
en un recipiente con agua y calentarla, ésta se va adaptando al calor hasta
morir en él; ocurre lo mismo con las personas que se involucran con gobernantes
tiránicos. Ellos venden su dignidad por un poco de riqueza y con sus miserias
arrastran el futuro de sus hijos. Si no les afecta el dolor de su gente, menos
les importará el mal ajeno y el de la nación en general.
Acción-
Gobierno ---- Consecuencia- Sumisión ---- Hábito- Esclavitud
Nuestros aborígenes no
sabían del alcance diabólico que tenía la atesorada alfombra que a diario hollaban. Gracias a la cruel
enseñanza conocieron la miseria de los hombres del viejo mundo,
desgraciadamente ese fue “su gran legado”. La guerra independentista nos dejó
una conducta de lucha distorsionada; nos hacen creer que combatimos para
emanciparnos y finalmente nos esclavizan, basta con leer un poco de historia.
En sus discursos los demagogos tocan la fibra humana de quienes se sienten
desposeídos de las riquezas de su pueblo y sucumben aplastados por sus odios.
Los megalómanos creen que la historia sólo les pertenece y que no hay cabida
para los pueblos. Los ególatras se aman tanto así mismos, que obvian aceptar la
opinión de quien tiene la osadía de comunicarles los problemas que ahorcan a su
propia gente. Para ellos, la silla es un trono que nadie más puede ostentar, el
poder desnuda el alma de quien lo conquista para luego apoderarse de su vida de una manera tal, que pierden la
sensibilidad de la cual una vez fueron revestidos. Al igual que sus seguidores,
pierden la realidad del mundo exterior condenándose en su frígido e interno
mundo. Su destino es la torva cárcel del desprecio y su peor desgracia, ser reseñados
en la historia como seres diabólicos que mancillaron la esencia de su
patria.
Acción-Lucha
---- Consecuencia-Triunfo---- Habito-Libertad
Cuando
se lucha por acumular tesoros terminamos esclavizados en las miserias humanas,
cuando luchamos por alcanzar la libertad, nos redimimos de sentimientos
tiránicos.
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