Etiológicamente, ¿qué sabemos de la teoría del caos?
Apartando su definición científica y enfocándola filosóficamente, serían muy
vagos los conceptos encontrados. Las
teorías nos conducen a la búsqueda de una respuesta exacta. La filosofía abre un abanico de
opciones que parten de la imaginación, todas son muy respetadas. Podría decirse
que el caos forma parte del ADN del hombre como algo patológico de su
personalidad. El caos provocado por la
acción de la naturaleza, huracanes, terremotos, maremotos, erupciones
volcánicas, etc., tienen una explicación científica, sin embargo, no lo podemos
evitar, aunque si minimizar sus efectos devastadores. No así el caos o anarquía
provocado por el hombre, éste es más letal y nace de un triángulo perverso. 1-
Germina en el pensamiento, allí va
progresando hasta convertirse en una idea absoluta. 2- Se exterioriza a través
de la acción. 3- La excusa, el culpable
no admite su responsabilidad en la generación de este tipo de caos. Quien
alberga en su condición humana esencia tiránica, es seducido por el poder, no
obstante para que el tirano se pueda
formar es necesaria la existencia de siervos y por muy devastadoras que sean
las tiranías, jamás podrán desterrar la disidencia, ya que esta es parte de la
libertad que habita en el alma. Ilustremos con el siguiente ejemplo: Si una
fuerte brisa logra colarse en medio de enormes montañas, la lógica nos indica
que ésta terminará sosegando su furia, no así la libertad, que aún constreñida
jamás se extingue. La brisa fuera de ese
valle retoma su orden natural y las montañas por muy titánicas que sean siempre
estarán allí, impávidas. La historia de la humanidad ha tenido la desgracia de
contar con gobernantes que desde el poder han provocado el caos, con la
premeditada intención de perpetuarse en el trono. Las estrategias han sido
sencillas: primero se alojan en el sustrato más primitivo de un país, es decir,
desde su naturaleza de pueblo sumiso. Sus seguidores son reducidos al status de
pobladores obedientes, todo esto acompañado de un vendaval de promesas
demagógicas. Este artilugio arbitrario causa un desequilibrio en la sociedad y
el subconsciente entra en un estado de somnolencia, utilizan el mismo “opio”
que tanto criticaron y al final llega el objetivo perseguido, la división del
país sometido. Un poblador se conforma con dadivas, el ciudadano reclama sus
derechos. El poblador se extasía con las glorias de los libertadores, un
ciudadano va tras la modernidad. El poblador asume una actitud resignada, el
ciudadano es irreverente y contestatario. Los pobladores se adormecen en la
oscuridad, los ciudadanos exigen luz en la lobreguez. El poblador teme, admira
y glorifica al verdugo; el ciudadano lo aborrece y enfrenta. El poblador es
adoctrinado para la obediencia; el ciudadano cultiva su intelecto para la
creatividad. Son muchas las diferencias que confrontan las sociedades para
evolucionar de pueblo a nación…
La vida es un breve
viaje que nos interna por lugares donde la subjetividad impone su ruta. Puede ser largo o corto, todo depende de las cargas que llevemos. Al final... un grito, una
despedida, un tiempo perdido en la vanidad... y el olvido!!!
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