sábado, 14 de julio de 2012

Comunicación Procaz



Desde  el instante en que el  hombre asume la palabra como el don por excelencia para comunicarse, nacen los idiomas; con el transcurrir de los años el habla dio paso a diversos dialectos que identificarían al hablante con su lugar de origen. Por mucho tiempo se ha sostenido la tesis de que en los países de habla hispana, la mayoría de sus habitantes emplea menos de dos mil palabras para comunicarse, algo antagónico ya que la lengua castellana es muy rica en sus recursos, sin embargo, el conformismo y/o el lapsus linguae marcan nuestro glosario impidiendo el avance hacia un lenguaje culto. He tenido muy frecuentes oportunidades de presenciar conversaciones entre groseros gárrulos quedando ingratamente sorprendido por su forma rala de comunicarse; de cada diez palabras proferidas aproximadamente seis están fuera de contexto gramatical y otras son soeces, complementando el pauperismo verbal con sonidos onomatopéyicos y ademanes que por lo general son bastante vulgares. Erradamente se ha creído que esta usanza inapropiada de nuestra lengua es propia de iletrados, alegato que busca justificar tal equivocación. Muchos de nuestros abuelos no tuvieron la oportunidad de aprender siquiera a leer y escribir, no obstante, fueron enemigos de las malas palabras y el trato descortés. No puede decirse lo mismo de la actual formación, donde muchas personas, aun gozando de una sólida instrucción académica, son mal habladas, procaces y peleadas con toda norma de urbanidad. Frente a estos personajes inevitablemente llegan a la mente los filosofastros. Por otro lado se pensaba que las palabras soeces se utilizaban como recurso ordinario para descargar un momento de ira o como acto ofensivo hacia algún enemigo, esto ha quedado desmentido al observar la actitud de los contertulios que por lo general denotan gozo y hasta afecto, no sólo a quien las pronuncia sino también a quien van dirigidas. La lingüística inculta y misérrima cada día suma nuevos adeptos y tal fenómeno va desde los estratos más humildes hasta los más encumbrados. No hay un lugar de nuestra sociedad que escape a este tipo de conversaciones: Centros comerciales, hospitales, instituciones privadas y del Estado, lugares de esparcimiento y hasta templos religiosos, se ven imbuidos en tal práctica. Es entendible que las carencias gramaticales sean lesivas a la comunicación oral, lo que no debe aceptarse es el paulatino deterioro de la decencia y las buenas costumbres que implica la degeneración de nuestro lenguaje, impulsando el mal ejemplo a nuestros niños y a las generaciones venideras. Esta aberración se ha convertido en una patología, en endemia pública que cada día se arraiga más en el subconsciente de la población. Debemos recordar que somos herederos de uno de los más grandes filólogos que ha dado la humanidad: Don Andrés Bello, por lo cual debiéramos hacer honor a tal legado. De los países hispanoamericanos el que en peor situación esta es el nuestro, ya que los descomedimientos  emanan desde las más altas esferas del poder,  empeorando la situación por el paradigma que estos personajes representan en nuestra juventud. Da la impresión de que la incultura se ha convertido en una droga adictiva. Si no hay una preparación intelectual no se puede mantener una conversación simple, sin grandilocuencia, lo imperdonable es someter a tal ordinariez a quienes nos negamos a hacer de las palabras una suerte de martillo que golpea sobre una mente cultivada por el respeto y los buenos hábitos.

domingo, 27 de mayo de 2012

La teoría del caos,según mi filosofía (III)



Quienes promulgan el caos con la firme intención de reinar sobre sus ruinas, ignoran que la iniquidad es tan poderosa que en su radio de acción termina regresando al núcleo que la originó destruyendo su fuente, llevándose además en su torbellino,  almas  inocentes. Para la triste misión de la siembra y cosecha del caos es preciso contar con gran poder y complicidad y si esta confabulación se abraza a las armas sus efectos serían más devastadores. En un territorio caótico la justicia es constreñida y convertida alevosamente en simple bufón de la corte. La teoría del caos sólo puede radicar en individuos opresivos,  ya que su mente vibra en una octava violenta, exteriorizándose en arengas demagógicas y violentas. Esta acción es casi tan letal como una bomba nuclear ya que su radio alcanza los confines de una nación y muchas veces hasta los excede multiplicando sus  víctimas. Muchos de estos mártires fueron firmes defensores de la doctrina que les confiscó la libertad, el cerebro y la vida. Para que un territorio pueda gozar de un mínimo de gobernabilidad, éste fue dotado de instituciones que son vigilantes las unas de las otras de su desempeño; sin embargo, al ponerse en marcha el plan o misión hecatombe, el caos institucional se va ocultando de las miradas ciudadanas, formándose muy discretamente, Estados paralelos, protegidos por una especie de guardia pretoriana que cuando se hace manifiesta es por su gran corrupción  muy difícil pero no imposible de erradicar. El núcleo generador del caos en una nación enferma lo conforma  el Poder Ejecutivo, desde allí emergen las doctrinas que son insertas en el subconsciente de los debilitados ciudadanos. En nuestro país podemos citar el caos alimentario, mecanismo muy bien tramado, lentamente van disminuyendo el aparato productivo y por ende la oferta alimentaria con la vil intención de crear ansiedad en la población.  De allí surgen los precarios operativos para abastecer a una ciudadanía ya exhausta que sólo ve la abundancia en propagandas gobierneras. Después de la compra, al habitante empequeñecido ante tal caos no le queda otra opción que agradecer “por sus bondades” a quien propagó el caos. Ocurre igualmente en materia de vivienda, salud y educación. En esta tercera entrega sobre la teoría del caos, ya podemos visualizar de manera más diáfana donde está el origen de tanto infortunio. La anarquía sólo tiene cabida en una personalidad débil, es por esa razón que debemos trabajar en pro del desarrollo de la intelectualidad. Después del bombardeo de las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, los sobrevivientes requirieron de una profunda rehabilitación espiritual, moral y sicológica para poder sanar de las secuelas de tal hecatombe. Los países involucrados en la última guerra global, incluyendo a Japón, viven un presente próspero y en relativa paz, no obstante, si no depuramos el subconsciente de tanta demagogia, el caos no desaparecerá y la sanación no será posible. La transición al orden lógicamente establecido puede ser una tarea de meses, quizás de años, todo depende del criterio que predomine, si el de poblador o el ciudadano. El poblador pasa gran parte de su vida soñando, a la espera de un milagro o un golpe de suerte; el ciudadano edifica sus sueños convirtiéndolos en tangibles. El poblador fenece en medio de radiaciones populistas; el ciudadano se hace inmune y se fortalece. El poblador piensa y reseña sus metas en diminutivo; el ciudadano las cita y planifica en superlativo. El poblador se detiene frente a los obstáculos; el ciudadano los apartas y continúa en el camino trazado. En fin, cada quien decide en cual estado de conciencia transcurre su vida.


La vida es un breve viaje que nos interna por lugares donde la subjetividad  impone su ruta. Puede ser largo o corto,  todo depende de las cargas  que llevemos. Al final... un grito, una despedida, un tiempo perdido en la vanidad... y el olvido!

domingo, 6 de mayo de 2012

La teoría del caos, según mi filosofía (II)



Cuando los gobernantes transforman su gestión en un laboratorio para la ejecución del caos, los sucesos naturales se tornan invisibles a los ojos de los ciudadanos la sociedad permanentemente se ve envuelta en un subrealismo, que día a día va esclavizando al hombre a la absurda percepción donde lo virtual es lo real. Es difícil salir del caos cuando éste habita en el subconsciente, para erradicarlo necesitamos trabajar en función del rescate de la inteligencia,es necesario que el hombre aprenda a pensar por sí mismo y no impulsado por conceptos demagógicos. La mente es un universo de ideas y esa universalidad de pensamientos jamás se detiene; sin embargo, cuando se contamina el pensamiento con preceptos populistas, la independencia del pensante se pierde. En Latinoamérica y sobre todo en Venezuela hay cientos de lugares que, en el contexto legal,se representan como municipios, no obstante cuando se observa  la conducta de sus pobladores se puede observar claramente su idiosincrasia sencilla, conformista, típica de los oriundos de nuestros pueblos, por ende a la hora de elegir a sus gobernantes caen en el error de obviar la intelectualidad, optando por el carisma.Las ciudades tampoco escapan a esta patética realidad,todo este vendaval demagogo resulta en presidentes de escasa preparación académica y espiritual.La modernidad estructural no sólo se basa en una organización externa, ésta, de realizarse en tiempo record en los pueblos,desencajaría con sus propios habitantes. El cambio externo debe ser uniforme con el interno, quedando entendido que lo que hace pueblerino o cosmopolita a un individuo no es el lugar donde reside, sino su formación intelectual.La revolución del pensamiento debe ser el primer deber de todo gobierno serio que aspire a la transformación de su país. Observamos notorias diferencias entre un país subdesarrollado y otro, en pleno auge social, político, cultural. Subdesarrollado:Patria – Pueblo – Poblador. Estos países suelen elegir políticos con gracia y bajo  intelecto, tal cual es la mayoría de sus electores, quienes eligen con apatía y mucha frustración, al final, un desastre administrativo solapado tras un aparataje político-publicitario. Su punto fuerte: el sometimiento de la institucionalidad. Desarrollado: País - Nación – Ciudadano.Aquí, por lo general, se elige un estadista para que desarrolle y dirija el destino de la nación, se exige una gestión transparente del erario público. Su fortaleza, el respeto a la independencia de los poderes. Analizando superficialmente estos dos esquemas de país notamos donde es más fácil para los gobernantes sembrar el caos. La mente de los populistas es un cementerio de ideas que han sepultado civilizaciones,gobernantes que conducen su nación mirando por el espejo retrovisor, obviando el horizonte. Gran parte de sus conciudadanos se ven transformados en autómatas perdidos en proclamas fantasmales,seres a quienes han desarraigado sus valores éticos y espirituales; anarquistas que hacen de su país un campo de concentración, donde se obvia atacar y resolver los grandes flagelos que hoy nos circundan: droga, la industria del secuestro, el sicariato, la violencia familiar, social, gubernamental etc. Mientras los ciudadanos vivimos en procura de la recuperación de nuestros derechos naturales y  civiles; los que permiten ser tratados como “pueblerinos” permanecen aferrados a la cola de los caballos de los libertadores de antaño. Cuando el individuo sufre un hartazgo de demagogia,de su esencia se evaporan ética, dignidad, moral e inteligencia, terminan perdiendo su identidad y aceptando despojos.


La vida es un breve viaje que nos interna por lugares donde la subjetividad  impone su ruta. Puede ser largo o corto,  todo depende de las cargas  que llevemos. Al final... un grito, una despedida, un tiempo perdido en la vanidad... y el olvido!

viernes, 27 de abril de 2012

La teoría del caos, según mi filosofía (I)



Etiológicamente, ¿qué sabemos de la teoría del caos? Apartando su definición científica y enfocándola filosóficamente, serían muy vagos los conceptos  encontrados. Las teorías nos conducen a la búsqueda de una respuesta  exacta. La filosofía abre un abanico de opciones que parten de la imaginación, todas son muy respetadas. Podría decirse que el caos forma parte del ADN del hombre como algo patológico de su personalidad. El  caos provocado por la acción de la naturaleza, huracanes, terremotos, maremotos, erupciones volcánicas, etc., tienen una explicación científica, sin embargo, no lo podemos evitar, aunque si minimizar sus efectos devastadores. No así el caos o anarquía provocado por el hombre, éste es más letal y nace de un triángulo perverso. 1- Germina  en el pensamiento, allí va progresando hasta convertirse en una idea absoluta. 2- Se exterioriza a través de la acción. 3-  La excusa, el culpable no admite su responsabilidad en la generación de este tipo de caos. Quien alberga en su condición humana esencia tiránica, es seducido por el poder, no obstante para que  el tirano se pueda formar es necesaria la existencia de siervos y por muy devastadoras que sean las tiranías, jamás podrán desterrar la disidencia, ya que esta es parte de la libertad que habita en el alma. Ilustremos con el siguiente ejemplo: Si una fuerte brisa logra colarse en medio de enormes montañas, la lógica nos indica que ésta terminará sosegando su furia, no así la libertad, que aún constreñida jamás se extingue. La brisa fuera  de ese valle retoma su orden natural y las montañas por muy titánicas que sean siempre estarán allí, impávidas. La historia de la humanidad ha tenido la desgracia de contar con gobernantes que desde el poder han provocado el caos, con la premeditada intención de perpetuarse en el trono. Las estrategias han sido sencillas: primero se alojan en el sustrato más primitivo de un país, es decir, desde su naturaleza de pueblo sumiso. Sus seguidores son reducidos al status de pobladores obedientes, todo esto acompañado de un vendaval de promesas demagógicas. Este artilugio arbitrario causa un desequilibrio en la sociedad y el subconsciente entra en un estado de somnolencia, utilizan el mismo “opio” que tanto criticaron y al final llega el objetivo perseguido, la división del país sometido. Un poblador se conforma con dadivas, el ciudadano reclama sus derechos. El poblador se extasía con las glorias de los libertadores, un ciudadano va tras la modernidad. El poblador asume una actitud resignada, el ciudadano es irreverente y contestatario. Los pobladores se adormecen en la oscuridad, los ciudadanos exigen luz en la lobreguez. El poblador teme, admira y glorifica al verdugo; el ciudadano lo aborrece y enfrenta. El poblador es adoctrinado para la obediencia; el ciudadano cultiva su intelecto para la creatividad. Son muchas las diferencias que confrontan las sociedades para evolucionar de pueblo a nación…

 La vida es un breve viaje que nos interna por lugares donde la subjetividad  impone su ruta. Puede ser largo o corto,  todo depende de las cargas  que llevemos. Al final... un grito, una despedida, un tiempo perdido en la vanidad... y el olvido!!!



lunes, 26 de marzo de 2012

A ti, Maestro Jesús




Maestro, hoy amanecí con una gran utopía abrigando mi corazón, hay en mí, una necesidad de resucitar de entre esta gente y salir de esta tenebrosa oscuridad que ciñe el mundo que me rodea. Aquí no existe aquel Jordán donde con tu ejemplo, nos enseñaste a purificar las impudicias. Nuestros ríos mezclaron sus aguas con el óleo negro que contamina lo humano y fortalece la vanidad. Maestro, aquel demonio que dudando de tu estirpe celestial te ofreció los poderes de la humanidad, ha tomado nuestro territorio como asiento para oprimir a nuestra  sociedad. Fantoches opresivos se enquistaron en la conciencia de incautos para eternizar su inicuo reino. Ya nuestros niños no alzan sus manos para alcanzar estrellas y anidarlas en su inocencia, ahora empuñan el arma asesina que les obsequian para que jueguen con la muerte; otros, ya no corren tras mariposas para alcanzar sus vuelos, transitan velozmente delante de proyectiles fratricidas para que no perforen sus alas. Maestro, aquel mar tormentoso calmado por tu grandeza, nuevamente se ha enfurecido, inmensas olas aplastan dignidades, quedando debajo de ellas el repulsivo hedonismo, las flores no terminan de abrir sus pétalos cuando fulgores lascivos profanan su candidez; la ética es un concepto que se disuelve en el ímpetu virulento de la sordidez, moral y dignidad caen victimas frente al poder del dinero. Maestro, aquellos mares donde tú ordenabas sumergir las atarrayas para atrapar peces ya no existen, ahora son inmensos lagos con la deyección cubriendo sus aguas. Al comentarte esto cometo un delito, está prohibido hablar de eso, pensar en eso… No obstante, el cuerpo contaminado se puede depurar, pero sólo tú puedes acrisolar el alma. Alzaste tus manos al cielo y multiplicaste los panes, enseñándonos el maravilloso milagro de compartir desterrado ya de la esencia humana. En este tiempo los alimentos  se descomponen formando grandes muladares y no hay ley que detenga esta barbarie. Maestro, los azotes de tu doctrina han sido muchos, políticos, seudo religiosos, reyes, en fin,  los mismos que besan tu imagen para engañar a quienes les siguen.¿Recuerdas el Sanedrín? Asqueante! Sacerdotes y Escribas creyeron estar por encima de tu magna grandeza. Sobre tus hombros un madero de tormento, una cruz con el peso de una comunidad enajenada por arengas   deicidas. Empero no existe un poder que te destierre de la fe de los más oprimidos. Hoy, un nuevo sanedrín se postra indiferente ante el dolor humano, en eterna ofrenda a los emperadores de los nuevos tiempos. Maestro aquellas  monedas con el rostro del César, siguen atizando las almas. La locura  se apoderó de la muchedumbre que marcha tras el inicuo. Sincretismo irracional el de ahora oran por el presente mientras ofrendan el futuro de sus hijos a cambio de un poco de comodidad. Maestro, en aquel Vía Crucis, solo frente a miradas indolentes y al final de la tarde te redimiste de este mundanal. Hoy, decenas de vía crucis a diario entristecen nuestras calles, sobre modernas carrozas y detrás un sinnúmero de magdalenas y los Pilatos de la modernidad ataviados de verde oliva en continuo lavado de manos. A ti, Maestro, confieso mi gran temor, el ajenjo del odio inserto en el ADN de los venezolanos. Maestro, no nos abandones, sólo en ti confiamos para que nos ayudes a buscar más allá del calvario el nuevo horizonte, donde los estigmas marcados en el espíritu quedaran borrados de la memoria, y aquellos que se dejaron  envolver, perdónalos, no saben lo que hacen.